domingo, 3 de julio de 2011

Sal y comete el mundo...

Un nuevo día se abría ante mí. Mis ojos parpadeaban con la luz del sol y una voz fuerte retumbó en mis oídos diciendo:
-¡Venga, despiértate ya! ¿No ves el maravilloso día que hace?
-¡Sal a la calle y disfruta de este hermoso día!

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